“Hotel, seguro que jamás se te irían de la cabeza sus besos y que acabarías rozando la locura, que solo pensarías en besarla durante quince minutos en el cuello, el tiempo necesario para no volver a saber donde estan tus pies ni donde tu cabeza. Hotel, seguro que habría moqueta, moqueta con manchas de esas que las empleadas se empeñan en sacar pero que continuan allí por mucho que ellas froten, nadie sabe por que diablos no se van, si no existieran seguro que recrearíamos esa imagen mental, la cosa es así de simple las moquetas de los hoteles están llenas de manchas. Hotel, con ascensor en el que volver la cara a la mañana sigüiente, mirarte en el espejo y ver la cara de feliz cansancio que llevas “good morning midnight”.
¡Qué horrendas son las plantas en los hoteles!, es como si gritaran artificial, plásticazo, pequeñas junglas de plástico y moqueta donde cazadores y presas se meten en la cama juntos y donde la presa desea devorar y el cazador ser devorado, así estos viven su catársis particular y lo dan todo hasta acabar descansando exhaustos uno frente al otro, el uno encima del otro admirados en su empresa...
El filólogo para el relato, la metáfora es ya demasiado enrevesada y aunque desearía escribir todo con voz clara, no puede, su condición se lo impide, se siente el más solo del mundo y no es capaz de terminar, de componer algo coherente, sin embargo algo le obliga a acabar con esto, acabar o vivir encerrado en un bucle metafórico infinito”.
“El hombre gordo vive al fin su momento epifánico, se pone en pie, sale de la habitación, camina sobre la moqueta, mira absorto al final del pasillo, a la ventana, se dirige hacia ella, su paso apresurado se detiene, todo se ralentiza mira a través del vidrio y solo ve reflejo, extiende el brazo, toca el vidrio, tiene toda la palma apollada en la ventana y siente el frio del exterior, el hombre gordo abre la ventana y el aire golpea su cara, corre por el pasillo, revuelve a los amantes en sus camas, les encoge las piernas bajo las sabanas...Grita, grita, grita, sin más, perfectamente consciente de por qué el aire llena sus pulmones, consciente de la vibración en su garganta, no es de este mundo, le pertenece a él, es el grito del hombre gordo. Todo está igual, pero ahora el hombre gordo decide descolgarse por la ventana y anda entre el ruido de tacones que se alejan a toda prisa del hotel escondiendose en el quehacer de la mañana. El hombre gordo camina, lo hace por que lo hace, camina y atraviesa la ciudad, llega al término de esta, pasa por los polígonos y continua hasta llegar a Matacán, donde una avioneta despega y alguien se estresa por un viaje al descanso. El hombre gordo sigue su camino y llega al fin a un bosque muy frondoso, se adentra en el, entonces se mete las manos en los bolsillos y se para. Ya no pasa nada más, ya no tiene esa sensación de los niños de apresurarse aunque no sepa la respuesta, se queda allí quieto, se queda allí sin más”.
Sin más terminaba el relato, "no sé quizás sea un poco corto pero tampoco necesitaba decir nada más". Sonreía pensando en como se había pasado años intentando atreverse a hacerlo y por fín lo había conseguido, había plantado a su hombre gordo en mitad de aquel bosque, ya nunca más se devanaría los sesos buscando interpretaciones. Toda su carrera era un enorme por qué, se dió cuenta de que había escrito este relato como respuesta a preguntas que aún se hace. Se pregunta si Lady Chatterley's Lover realmente merece tanto estudio, un estudio que se había convertido en los desvaríos de un club de lectura; que si es obsceno, que si aborda la problematica de la unión hombre-mujer como seres racionales..."¿Qué más da si Lawrence tenía pensado un castigo para los amantes o les había hecho inmensamente felices?" No puede evitar sentirse fascinado por la minuciosa descripción de los encuentros de los amantes, tan puros y bellos... ¡No!, jamás había estado en contra de Connie, ella sabía por que lo hacía, lo hizo sin más, en la infidelidad estaba su salvación, "¿qué hubiese sido de ella si Lawrence la deja encerrada y Mellors hubiese vuelto con la mujer que tanto le costó olvidar y aún quería?" Ambos lo necesitaban, lo que moralmente nos repugna puede ser sublime.
El filólogo pensó en su relato, en los hoteles y por un momento dejó de ver en ellos un sitio artificial, su comienzo cobraba sentido. Por supuesto el hombre gordo necesitaba un final y él se lo había dado, si un rayo le hubiera fulminado como a un arbol más en ese bosque no hubiese sido justo, el hombre gordo tenía algo especial dentro de él, lo había demostrado gritando.
Sonreía, no sabe muy bien por qué le ha dejado allí y así, no le importa nada más, "ni aspectos formales ni las faltas en el estilo".
El filólogo mete una taza con agua en el microondas, saca una bolsita de té y se acuerda del Reino Unido, de que aquello si era té y no esta mierda, moja una galleta maría y se acuerda de su infancia. A su alrededor bolas de papel y un montón de cosas que le dicen que una vez una mujer rondaba por allí. Ahora solo estaban las pelotas de papel de su suelo y de sus bolsillos, escritas mientras hacía tiempo con un café en el cual sonaba una canción “call me baby, baby all the time”. Él, él y sus papeles, sus amadas y odiadas conjeturas, escritas y borradas, arrugadas y estiradas.
Aparta los papeles y del suelo levanta una tabla, donde escondía la caja en la que guardaba el regalo para ella; un collar, un collar de perlas y ninguna virgen con corona al otro lado del río, se prometió no fumar.
Enciende la luz del baño, abre el grifo, en el desagüe cabellos que no son suyos y no sabe muy bien por qué estan ahí. El agua resbala por su cuerpo desnudo y una vez más vuelve, vuelve allí, al bosque con su hombre gordo parado, con su hombre gordo sin más, se queda allí pensando en Connie Chatterley en la cabaña, en ella y Mellors follando, en que la gente lo sabe y en que no es malo, nada malo que dos cuerpos se lleven bien y que dos narices se gusten. Dejémoslos juntos por que es como quieren estar, dejemos al hombre gordo solo en el bosque y al filólogo arrugándose bajo el agua, así sin más.
Disculpen faltas y demás...la ilustración es de mi querida Raquel Aparicio y se llama "she writes, he reads".
lunes, 26 de noviembre de 2007
Los cimientos; no se como me atrevo...
Publicado por Helena Martín en 14:35 0 comentarios
domingo, 18 de noviembre de 2007
Dennis Cooper.
Se ofrece idolo.
Primero aparece eb la tele
ganando un Emmy
luego se aleja unos metros
para recoger un segundo premio
mientras yo apaludo y sonrío.
Desde que salió a la luz
mi vida se vio totalmente invadida
por la turbación,
requieriendo más de mi amor
de lo que haría un novio; colgué
fotos suyas a mi alrededor,
exaltado por éste o aquel triunfo
en recortes desnudos
sacados de Alemania
y en portadas de revistas
Shaun le echó un vistazó
a todo aquel material, palideciendo,
y dijo que se había encontrado
a aquel tío en muchas fiestas,
que era un muermo
pero que si lo deseaba de veras
me llevaría a veladas
donde iba a convertirle
en parte de mi pasado y a abandonar
el juego preliminar de las cartas de fan,
que tan mágico resultaba hasta ahora;
y esque Shaun
es actualmente una estrella,
se ha deslizado hacia el resplandor
de nuestros sueños compartidos,
conoce a los tíos
ante los que hace algún tiempo nos arrodillamos
llevándonos las manos
a nuestros derretidos corazones,
y al ser su amigo yo también
podría unirme a el, a todos ellos:
esa fría y distante constelación
de estrellas que se reflejan
en los ojos de millones de admiradores.
Bueno, pues ya ha sucedido
y Shaun no estaba mintiendo.
Al final de la noche sólo su sexo
me tentaba en realidad, y al amanecer,
ni siquiera eso, cuando despierto
con su flacucho brazo
alrededor de mi pecho, y su mal aliento
que ahora no puedo quitarme de la cabeza.
Ahora lo sé todo sobre mi ídolo,
y no se trata de ningún dios.
Publicado por Helena Martín en 13:36 1 comentarios
Anacronismo.
Que aparte de ser un temazo de Luque es un término griego (pobrecitos griegos, que si incendios, que si inundaciones, que si turcos :) ).
No, en este post no os voy a hablar ni de Cimios, alias "Cimbrias", ni de Cristos, ni de Katerina, ni del payaso de clase de lexical semantics de Edinbra...la de griegos que han pasado por mi vida en poco tiempo!. Os voy a hablar de retomar las buenas costumbres y volver a mis antigüos y brillantes post de "todocuestamuchaspounds" que tanto os gustaban, se nota entre otras cosas en que mi numero de lectores ha descendido notablemente y esque el trabajo y demás me estan dejando sin "siervos", es díficil ser una tirana hoy en día, ni siquiera puedo prácticar el despotismo del amor cortés por que nadie me reconoce como su señora.
Penas aparte, mi pequeña terapia del año pasado y mis witty-post (ejejeeem) viajaran en el tiempo y empezaré a seguir una rutina de posts que ya tenía olvidada, muchos en silencio lo agradeceran, yo os animo a que como haciais en el pasado, volvais a rendirme pleitesía o me veré obligada a tirar de "loquendo" una vez más como paso en la crisis de abril del 2007...uhehehehe el próximo relato...
Publicado por Helena Martín en 10:57 0 comentarios
lunes, 12 de noviembre de 2007
Free, free, free!_ she whispers
Free body and free soul!
Libre, Mrs. Mallard...no se si cuando leí "Story of an Hour" de Kate Chopin, pensé en que ella fuera realmente libre, en mi opinión estaba condenada y el relato no podía acabar de otra forma.
Se podrían deducir tantas cosas de este par de páginas, que a mi me dieron tanto que pensar, es entonces cuando supe que era mi castigo, nunca sería libre para leer como cualquiera de vosotros lee, yo no solo veo una historia, hago vivir a los personajes, o quiero creer que viven de algún modo, por eso la última vez que he escrito algo me encariñe tanto de mi personaje que me pareció muy injusto no liberarle completamente de sus ataduras de filologo...en cierto modo lo está, pero como en Story of an Hour no se si siin querer me cargue sus libertades, quizá algún día retome el relato y le pueda dar un buen final.
Terminé tortilla de patata y depresión y ahora quiero dejar un poco aparte la prosa poetica para dedicarme de lleno a historias, por eso hare mis "leithbury tales" jejeje, empezaré a escribir cosas de ellos y si todo va bien dentro de poco tendre otro relato en la manga, tenéis jelen para rato :)
Publicado por Helena Martín en 14:59 0 comentarios
lunes, 5 de noviembre de 2007
La espera...
Hace tiempo publiqué una entrada que se titulaba el retraso, y que era un fragmentito para un posible relato ahora a la espera de tener corregido y concluso el nuevo, me he propuesto hacer otro, sera en la misma línea que el anterior que pronto espero podréis leer (si el teorico no se ha sacado los ojos con tanta falta de ortografía...), me siento inspirada, pero necesito recuperar mis costumbres modernistas, los vaivenes emocionales solo presagian una nueva lectura del Ulysses y de The Waste Land...quiero mi personae de Pound y quizás empieze con el libro de Thel o algo así...
Tengo muchas cosas en el tintero y quiero empezar cuanto antes, antes de que me oxide y se me olvide escribir, creo que empezaré esta misma noche...
Publicado por Helena Martín en 14:57 0 comentarios
jueves, 1 de noviembre de 2007
Neoplatónica
Este Real de amor desbaratado,
de rotas armas y despojos lleno,
aguda roca y mal seguro seno
de mi doliente espíritu cansado,
al enemigo vencedor amado
rendido francamente como bueno,
de mí le siento eternamente ajeno,
por verse de contrarios ocupado.
Y el tirano cruel de mi contento,
burladas mis antiguas confianzas,
los vencedores escuadrones sigue.
¿quién podrá remediar mi perdimiento,
si faltan del amor las esperanzas,
y si quien amó tanto me persigue?
Francisco de la Torre
Publicado por Helena Martín en 17:46 0 comentarios