martes, 23 de septiembre de 2008

La Golfa Visionaria

¿Qué si tengo miedo? ¿y quién no? Me molesta la gente que se queja de sus problemas morales, ¿a quién le importan? Cuantas veces habré oído “eres una golfa enferma”, ¿ofensivo? ¡Claro que sí joder! nadie nace siendo de piedra y hay palabras que son dolores en si mismas: dolores de cabeza. Una golfa con una enfermedad que se cura en salud de los prejuicios de los que moralmente me juzgan.
Me levanté en la cama de un hotel saqué un cigarro y con aires de diva me dirigí a la ventana aún desnuda y borracha, subí la persiana y lo que fuese con lo que me había ido a la cama se revolvió, en la ventana la gente madrugaba para ir a sus trabajos. ¿Qué si nunca me he sentido culpable? Puede que al principio lo hiciese, pero como ya he mencionado me molesta la gente que se queja de sus problemas morales.
Veo a los diminutos viandantes y nos veo a todos. Ni tu problema es tan grande ni yo, golfa, soy tu gran problema.
Veo a la gente cargar con sus cruces invisibles y les oigo insultarse “¡egoista!”, son egoistas por que se lo llaman. Necios que ignoran la verdadera generosidad. ¡Lo mío si es generosidad! quién sino la chuparía con tanta entrega.
Pequeñas células en el torrente sanguíneo del tráfico circulatorio, una arteria infartada se creen sin embargo. Se insultan: “¡egoista!” llaman desconsideranción a la ignoracia. No quiero estallar en un corazón ciego, soy un brazo izquierdo más. Un brazo izquierdo dolorido por agujetas masturbadoras.
Veo gente angustiada por el pasado. Soy una anarquista mística(1), me gusta que cada uno sea feliz con lo que sea. Creo en un pasado común, creo en corrientes circulares, en ciclos históricos y económicos en los que ayer lo teniamos todo y hoy estamos arruinados y en crisis.
Veo a la gente bajo la ventana del hotel, estudios sociológicos, baremos, cómputos etc. ¿quién mide la importancia de las cosas? Es por eso que rezamos y no sabemos por qué, repetimos cosas. Como quien se siente culpable o angustiado y se hace ocupar.
Por qué soy ociosa soy una golfa y por que soy una golfa soy ociosa. Por que se me ha olvidado ocupar la mente con responsabilidades y la vida con obligaciones veo claro, y por eso no veo problemas, veo gente que se llama “¡egoista!”, todos iguales, hasta yo misma.
Me terminé el cigarro, me apoyé en el balcón, abrí las piernas y empecé a orinar sobre la gente, que gritaba desde abajo y bajo mi visión: ¡GOLFA!.




(1)Unamuno en Niebla pone en boca de Fermín la definición de "anarquista místico"(Niebla cXI)

jueves, 18 de septiembre de 2008

y olé






Ilustraciones varias...
Sigo trabajando en la colección de cuentos por eso me ha pasado una cosa increible tengo más ilustraciones para publicar que palabras.
De momento es el material del que dispongo. Con todos ustedes: Miss Tópico.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Cicatrices color ciruela

Hoy ha vuelto a pasar, has vuelto a pasar. Me he vuelto a acordar de tí y de lo injusta y puñetera que es la vida.
Ha sido hace un rato nada más. Te hacias grande como el nudo que solías dejarme en el estomago.
Se podría decir que ahora ni siquiera pienso en tí, sino que me hago un montón de preguntas en las que tú estás. No te quiero llamar interrogante y no digo que sin llamartelo seas claro y cristalino lleno de lágrimas, no digo que te haces borroso y te disuelves en una noche confusa. Demasiada bebida. Me dueles en la cabeza ya de tantos y tantos tragos que me has hecho pasar, don mistela y don cerveza.
Aunque desapareciste nunca te has ido y de repente hace un rato estabas otra vez no sé de dónde has salido ni si estás aquí para quedarte.
No es la primera vez que me desgañito tirandote las maletas por el balcón y haciendo a los niños llorar, llegas apestando a alcohol y eres sucio y malo.
Pero hoy has aparecido en medio del calor y el olor a mañana, has saltado en el tostador y eras cotidiano y eras normal. Tan raro que ni siquiera he sido capaz de reconocerte, pero eras tú, después de todo este tiempo casi no has cambiado.
Ahora tienes novia, sé que te va bien y yo me alegro...a veces.
Imagino que alguna vez has colisionado con mi recuerdo dejandote la espalda llena de arañazos y la mente de cicatrices, dulces, tiernas y rojas amor, tan rojas como roja fue la noche y los días que le siguieron.¡Las ciruelas de la nevera de Williams Carlos Williams!.
Entonces empecé a perseguirte como venganza por perseguirme tú a mi, se me fue de las manos, por que son caprichos que te llenan el estomago y luego te duelen toda la noche, por que quise ser lo mejor para tí y saqué lo peor de mí.
Te dí miedo, te parecí una loca, nunca hubiese funcionado. Tu novia no es así. Yo no era el tipo de chica que buscabas; doy dolores de cabeza y hubiera puesto tu mundo patas arriba. Te hubiera tirado floreros a la cabeza en vez de flores y en vez de palabras bonitas te hubiese soltado enormes obscenidades y en vez de caricias te mordería y arañaría, hasta que en la mañana nos desayunaramos cicatrices por anécdotas.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Devota Creyente (la dolorosa o la crédula)


Te bebes las palabras que tu querido chico vomita,
rezas por que sea sólo un paseo y los pies te sangran por la andadura, caminar sobre todo esto por una promesa.
Promesas en cascos de botellas de cerveza rotos, ¡esto es la caña!
Te arrodillas para susurrarle a sus genitales una plegaria, besas el madero erecto y tragas tu penitencia.
No sabes lo que es pecar por que eres condenadamente bondadosa, te das de espaldas y a cuatro patas y recibes sin rechistar.
Te adoran y profanan tu templo, eres una Santísima imbecil.



No pretendo herir la sensibilidad de nadie. Esto va dedicado a cualquier mujer lo suficientemente tonta para sufrir por creer en algo metafísico, llamese doctrina o amor.
En fin cosas mías.
Estaba contenta por la ilustración que he hecho, así que le escribí este pequeño texto. Podría seguir con él, pero os asustaría demasiado y no es cuestión de perder lectores :)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Subconsciente

Hablaban las viejas de un señor azul
se cayó a un pozo e hizo "cataplum"
charcos esponjosos y pleura de tul
hablaban las viejas de un señor azul