martes, 26 de agosto de 2008

La niña clavel

La niña clavel gira y gira haciendose de fuego levanta tanto polvo en el vuelo de su falda, en el aire miles de particulas cegadoras en suspensión. Coincidimos niña clavel, ¡chispas!.

Eres un petardo niña clavel, estalla ensordecedora en acordes gracilmente ejecutados, balas de fogeo que te matan de lo rojas que son.

No tienes ningún sentido, ni vista, ni olfato, ni tacto, ni gusto, ni odio. Abrasadora te prendes en el acto, giras y giras niña clavel te pintas coloretes y toda mustia te levantas en la mañana sin querer escuchar que lo contrario al amor es eso, sólo oído.

Roja de furia la niña clavel, se derramaba por las venas herida y se engalana atandose cintas o en fina porcelana ceñida a la cintura.

Sale a la noche la niña clavel todo carne de sandía, en los bares se pliega en una servilleta de papel, gracias p(or s)u (visi)ta.

Florece común en la noche la niña clavel, se regala, se jinca en el pelo, te da mil vueltas y se cae al suelo. Prendida en la solapa se agarra a tu pecho, te lo corona, y en el vuelo se te abre y te ofrece sus pétalos, tan rojos. En lo tierno la niña clavel te abraza la nariz, te acaricia los labios, te moja las llemas de los dedos.

Niña clavel se troncha cuando se recupera secándose de tanta agua entre las hojas de un libro gordo.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Proteus penelopizado (o chorrada provocada por una mala/buena experiencia onirica)


Touch me. Soft eyes. Soft soft soft hand. I am lonely here. O, touch me soon, now .

Flotan los recuerdos azules e inmensos, son un mar de fragmentos en los que recompongo tu imagen, bocabajo y azul, flotando sobre ese mar, a veces te veo bien muerto, a veces hinchado, grande y poderoso. Eres un ahogado tan azul que no te distingo entre tanto mar, pero sé que ahí vas flotando.

Vuelas sobre las olas libre al fin, como yo quise que fuera siempre. Te miro desde abajo empapándome, echo burbujitas por la nariz y toco las castañuelas marinas, aunque me escuecen los ojos los abro para ver como te alejas más y más adentro donde no puedo ni alcanzarte ni controlarte. Te dejo tranquilo flotar con los azules intensos que guardarás para sólo tu sabes qué, mientras mis ojos rojos se hacen todo sal.

Si te pudiese despertar dándote mi aire, boca a boca, te daría todo el viento que he guardado al ahogar gritos de alegría y de pena, para que tuvieras una nueva vida, una nueva vida maravillosa igual que las demás llena de voces que dicen sí y no, llena de gritos de "te odio" y un minuto después "te quiero" y por qué no, te daría la música que musito mientras espero al autobús o las palabras bonitas sin sentido que te hacen cosquillas en el paladar y la lengua cuando las pronuncias. Vida para que cantes aún más fuerte al nacer de nuevo, para hacerte más vivo que el azul de este mar.

Me dejo llevar por olas y noto como desconocido rozas mi pie, me inquieto y quisiera pescarte. Pero nunca me han gustado ni las redes ni comer pescado, aunque tengo esta espina gigante en el pensamiento.

Eres Dublinés, tienes los ojos azules mar, la piel azul mar, los labios morado ciruela cuelgan y caen maduros salpicándome todo el cuerpo. Eres tan salaó como los niños que vuelan cometas con forma de piel de bacalao. Eres un tiburón que me hace huir de la memoria a la orilla atacada e histérica gritando tu nombre "tiburón, tiburón" encima me tragas sin masticar. Cuando el mar se vuelve más salvaje ves el naufragio cerca y me haces aguas por toda la memoria y en la tempestad anímica las olas rompen contra las rocas azotándome y estallando en siete corchetes que saltan de mi camisa: "tócame. Ojos suaves. Mano suave, suave, suave. Estoy sola aquí. O, tócame pronto, ahora".