domingo, 23 de marzo de 2008

Ser o no ser


Me hace gracia el dicho "reinventarse a uno mismo", pero esque hay veces que no hay alternativa. Ayer me enteré de que había muerto, me explico, encontré una esquela con mi nombre y apellidos, me consuela que el nombre estaba sin h pero como ante la legalidad soy sin h, encontrar mi nombre oficial me dió mucha "jindama".
Por lo menos he muerto dejando marido e hijos, quienes tan considerados ruegan una oración por mi alma.
Como no me puedo llamar excéntrica me llamaré rara, los que me siguen saben de mi que soy hipocondríaca y supersticiosa enfermiza. Aún así estos rasgos de mi personalidad no me dan el privilegio de considerarme excéntrica, son cosas bastante comunes. Lo dicho, yo soy de esas que van tocando madera, cruzando dedos, susurrando lagarto lagarto y tocándome las tetas cada vez que veo un par de monjas. Pero lo de acabar conmigo a media página fue duro de tolerar para mi mente, cuando uno muere a media página te da que pensar, lo primero que te querían lo suficiente como para gastarse el dinero ¡en ese pedazo de esquela!
Lo segundo, volví a hacer inventario personal. Empecé a pensar en los fallos y aciertos de mi vida, me di cuenta que a lo mejor no merece la pena darle tantas vueltas a las cosas pero si no fuera así no sería yo, me gusta pensar y repensar. También pensé en lo que podría mejorar en que a lo mejor sería mejor persona reconociendo mis errores, cambiando mi actitud o simplemente no gritando cuando discuto, que díficil es reflexionar sobre uno mismo...
Tengo 83 años y he palmado, creo que si he dejado todo eso es porque me querían tal como era, una abuela castellana, una critiquiquis gruñona, tan tan yo que ya estoy crecidita para cambiarme.
Una de las cosas que más me llamó la atención cuando empecé a educarme y por lo tanto crecer, es que las traducciones del famoso soliloquio de Hamlet "to be or not to be..." no se ponen de acuerdo. Hace años cuando leía una cosa en Inglés se activaban mis mecanismos de traducción simultánea, ahora he aceptado que eso es así, no podría traducir jamás ese soliloquio me he educado en otra disciplina. Cuando dejas de lado que las cosas son así porque sí, porque o es blanco o es negro y empiezas a ver matices, maduras, aprendes a aceptar la realidad.
Yo confieso que soy cabezona de pensamiento, palabra, obra y omisión por lo tanto no he crecido (o no del todo), por lo tanto si mi empeño en algo perdura es porque aún estoy viva. La madurez trae tranquilidad, yo soy un culo de mal asiento, por eso SOY, ¡y vaya que si soy!

5 comentarios:

dEsoRdeN dijo...

Me gusta tu reencarnación. Yo también soy cabezón como pocos, y hace un tiempo que estoy aprendiendo a vivir sin pensar tanto, lo cual es una liberación bastante grande. Ah! si alguna vez te encuentro mientras vas de compras cargada con bolsas, no me importará que pasen dos monjas por delante para ayudarte con tus supersticiones... ;P
besos

dEsoRdeN dijo...

Ah! Se me olvidaba. Me encanta esa foto

Helena Martín dijo...

jajajaja

dEsoRdeN dijo...

Mmmm... una duda: ¿por casualidad no estarías el viernes pasado en el Sidecar?

dEsoRdeN dijo...

¿quien calla otorga? ;D