domingo, 23 de diciembre de 2007

Caos.


Propositos para el año que viene; uno dejar de hablar del modernismo Inglés y ponerme más en serio con las miles de millones de cosas que tengo abandonadas, ya os daré la paliza llegado su momento. Ahí va un pequeño relato de hace lustros:

Hay muchas hipótesis sobre el origen del mundo, de todo lo creado, de la vida.
Una de las más bellas proviene de una civilización ya extinta cuyo nombre y lengua son hoy desconocidos, murieron con esta leyenda en sus labios.
El Dios supremo cuyo nombre traducido a nuestra lengua es algo así como “destino” creo a dos seres: un hombre y una mujer. Destino colocó a cada uno en un extremo del universo. Destino observó maravillado los efectos de la soledad en ambos seres y lo que era aún más curioso, parecía que ambos se buscaban, sintiéndose incompletos buscaban a su otra mitad, se necesitaban.
Destino, debido a su naturaleza caprichosa, decidió no unirlos, sino acercar la existencia del uno al otro. Decidió que solo podrían saber la existencia del otro mediante la intuición, para facilitar las cosas creó el viento a partir de los suspiros de la mujer. El hombre sentía como su piel se estremecía cada vez que el viento soplaba, es decir, cuando la mujer suspiraba.
Un día un suspiro de la mujer se enredó en los cabellos del hombre y hasta ella llegó un rizo, fue entonces cuando su intuición le reveló la existencia del hombre y Destino decidió unirlos.
Cuando nació el amor, nació el mundo. Con un beso crearon el firmamento, las caricias crearon los bosques; llenos de vida pero frágiles. Cuando hicieron el amor crearon la vida, todas las criaturas, y así poco a poco fueron creando cada cosa, cada sentimiento y el mundo fue un lugar perfecto.
Quiso el caprichoso Destino truncar toda esa felicidad, todo era tan bello que le aburría y lo envidiaba.
Destino creo el fuego y arrasó todo, incluso los sentimientos del hombre, la mujer, desesperada intentó extinguirlo y creó el frío pero fue inútil, de sus lágrimas creo los océanos, de su dolor la distancia, de su desesperación el barro, de su rabia tempestades y así lo intentó todo para volver a su mundo perfecto, pero solo consiguió devastar el mundo.
Destino atemorizado debido a que se avecinaba la destrucción total, decidió colocar a cada uno en los confines del universo como había sido en el principio.
Cuenta esta leyenda que cuando el viento sopla tan violentamente que parece gritar, es la mujer que en vano quiere hacer intuir su existencia al hombre para volver a crear el mundo perfecto de los orígenes.




Ilustración/garabato de una monguer por ahí.

1 comentario:

Banjú -el memorioso- dijo...

No mancheees estáa preciosooo! ahhh !! casi me sacas unas lágrmillias =') , que bunet exto, mis felicitaciones!!