La verdad es que no sé como titularlo...
Hay un bulto que fluye por el cauce del río, lo vimos pasar hace unos metros y empezamos a correr tras él. Aunque es complicado mantener el equilibrio porque la vega está húmeda y el suelo resbala nos decidimos a seguir al bulto cuando ibamos a besarnos a escondidas debajo del puente, yo iba a cerrar los ojos del todo todo y fue cuando la chaqueta del bulto se quedó por un momento enganchada en unas ramas, como el río baja con tanta fuerza en esta parte de su cauce siguió flotando arrastrado por la corriente. Me dió tiempo a decir “¡mira!” y justo después fuimos a su encuentro.
Casi sin aliento corremos detrás del bulto y especulamos:
-seguro que es sólo una chaqueta.
-¡No! La chaqueta tiene algo dentro está como inflada.
-Pues entonces es un espantapájaros de una de las huertas de la vega.
-No, no puede ser en esta época.
-Precisamente, alguien se habrá librado de él.
-¡Cómo en las pelis de mafiosos! Pies de plomo.
-Nooo, del espantapájaros.
-Es un apodo genial para un soplón. ¡Corre! Que nos lleva ventaja
Seguimos como podemos entre la maleza de la vega, ramas y hojas se enganchan y me trepan por el vestido.
-¿Qué pinta tendrá un muerto?
-Son muy feos y huelen mal.
-Eso es en las películas para impresionar.
-Son azul-morado-verde como la evolución de un moratón, pero todo junto.
-¿Cómo es un ahogado?
-Depende del agua
-El agua es incolora imbécil
-Entonces son incoloros
Este chico me ha gustado de siempre, no sé lo que se siente al dar un beso...
-¡Quieres darte prisa!
La chaqueta cada vez corría más rápido y pareció dar un bote en el agua.
-He visto una mano, ¡una mano!
-Seguro que es un pez
-Las manos de los ahogados parecen peces
-¡Sí ya! y los ojos perlas.
- Anda corre.
Sigo corriendo y pienso en los besos, en que dentro de poco lo sabré, cuando acabé la estupidez está de perseguir una chaqueta por el río, a qué sabrán, de qué color se te quedan los lábios después de besar, si me abrazará, si se hinchará... Corro tan rápido como puedo, tropezando y golpeandome con todo, mañana tendré las piernas moradas.
Ya no siento casi la respiración y el corazón va tan fuerte que lo oigo golpear en mi oido.
-¿Dónde estás?
No me contesta y yo sigo llevada por los besos que me arrastran a una boca enorme y húmeda, tan grande que me moja entera y me quita la respiración, el corazón ya es un murmullo fuera de mi y me siento tan agusto arrastrada por esa imagen borrosa. En mi boca el sabor a humedad que entra por todas partes, nariz, oidos. ¡Cómo me acaricia el pelo!
Oigo tu voz
-Abre los ojos
Cómo te explico yo ahora que me da vergüenza besarte con los ojos abiertos, lo haré por tí, entreabro los ojos y estás como en un cielo.
Su boca baja a mis labios y me calo hasta los huesos, a mi lado una chaqueta negra, sólo una chaqueta.
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