Jimmy Younger doctor, sueño cada noche con él.
Sabe, desde que alguien me contó su historia me persigue. Lo veo, es como si...lo veo todo, la sangre brotando de la herida a borbotones, la sensación en las rodillas. ¿Sabe a qué me refiero doctor? ¿sabe a qué sensación?.
Ci...ci...cierro los ojos y alguien me grita "¡espabila chaval!" pero es confuso, como cuando las cintas se traban y...y, no sé hablo otro idioma...
-¿Inglés?
-¡Exacto! Inglés.
-Es porque usted toma profunda consciencia de la figura de Jimmy Younger.
- Y luego, bueno luego, siempre quiero escapar, pero la herida es profunda.
-¿le disparan?
-No, no es eso.
-Un compañero quizás.
-N...n...no es eso.
-Supongo que se trata de algún tipo de simbología, sería cuestión de revisar ciertos aspectos oníricos y tal vez...
- NO, no es eso. Es, es la herida.
* * *
Hoy me he encontrado esta nota que escribí hace un tiempo, creo que viene de cuando hacía un curso del máster sobre los brigadistas en la guerra civil española y en concreto lo escribí tras leer un libro de T.C. Worsley llamado "Behind the Battle" que no era ni de lejos la mejor novela escrita por un brigadista, pero que como todas ellas (por lo inevitable del contexto) te movía por dentro.
martes, 16 de marzo de 2010
Soldado anónimo
Publicado por Helena Martín en 11:55
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