La niña clavel gira y gira haciendose de fuego levanta tanto polvo en el vuelo de su falda, en el aire miles de particulas cegadoras en suspensión. Coincidimos niña clavel, ¡chispas!.
Eres un petardo niña clavel, estalla ensordecedora en acordes gracilmente ejecutados, balas de fogeo que te matan de lo rojas que son.
No tienes ningún sentido, ni vista, ni olfato, ni tacto, ni gusto, ni odio. Abrasadora te prendes en el acto, giras y giras niña clavel te pintas coloretes y toda mustia te levantas en la mañana sin querer escuchar que lo contrario al amor es eso, sólo oído.
Roja de furia la niña clavel, se derramaba por las venas herida y se engalana atandose cintas o en fina porcelana ceñida a la cintura.
Sale a la noche la niña clavel todo carne de sandía, en los bares se pliega en una servilleta de papel, gracias p(or s)u (visi)ta.
Florece común en la noche la niña clavel, se regala, se jinca en el pelo, te da mil vueltas y se cae al suelo. Prendida en la solapa se agarra a tu pecho, te lo corona, y en el vuelo se te abre y te ofrece sus pétalos, tan rojos. En lo tierno la niña clavel te abraza la nariz, te acaricia los labios, te moja las llemas de los dedos.
Niña clavel se troncha cuando se recupera secándose de tanta agua entre las hojas de un libro gordo.