Creo vislumbrar una maraña, un arbusto furioso de dientes apretados.¿Qué puede hacer que una buena chica se vuelva absolutamente malvada? Ira y azote de la indiferencia absoluta. Whiplash con su whip ¡re-estalla! whip y me golpea con toda su fuerza; weep weep. Soy un montón de barro una tormenta de sapos, cabeza de Medusa venenosa, sin mojarme me toca tragarme todo el veneno, tengo un pelo en la garganta.
Chupo y escupo, chupo y escupo salvese quien pueda, soy una víbora y siempre me dejo la piel para resurgir en un ser nuevo, pero no hay bellas metamorfosis a mi me tocan las escamas, ¡qué asco! Me toca arrastrarme sobre mi vientre, repto y te muerdo el tobillo (o lo que pillo) y chupo y escupo y chupo y escupo.
Vengo de la lluvia, de la tormenta y caigo al suelo y aquí me quedo, mis saltos no son de alegría sino de supervivencia, me queda el consuelo de que soy un veneno de ojos gigantes. La superstición me aleja de las casas me enrosco en mi soledad, vivo para morderte y envenenarte el alma con palabras que salen de esta lengua bífida.
No quiero ser así, pero tengo la cabeza tan cerca del suelo que no sé lo que es mirar alto, pero sueño con arrastrarme por tu tronco hasta la copa rizada, hasta esa copa tan elevada y asfixiarte, en un abrazo infinito, un abrazo letal, para hacerte mi presa, para tragarte enterito.