No tengais en cuenta la mierda parafraseada del comentario del Polifemo...
Tanto en El Criticón como en el Barroco nos encontramos con la idea de que el mundo, es un
mundo caótico, al cual el hombre llega indefenso y una vez en este mundo al revés se encuentra
rodeado de falsas apariencias que embaucan el juicio y que hacen del hombre una víctima del
engaño,un engaño contra el cual el hombre ha de luchar. La vida es así una constante lucha y los
hombres son actores en el gran teatro del mundo. Para encontrar el verdadero camino a la felicidad
necesitamos el juicio, sólo la experiencia nos hará conocedores del fin del hombre, que no es otro
que el de un ser que viene al mundo para morir.
Engaño y desengaño son un eje temático en El Criticón. Podemos ver como este tema se despliega
desde el comienzo del viaje de Andrenio y Critilo en busca de Felisinda, hasta el final de su camino
y por lo tanto de su vida, cuando el Mérito les deja pasar a la mansión de la Eternidad tras
autentificar las rúbricas de el Valor y la Reputación.
El engaño sólo es discernible mediante el juicio, en El Criticón es Critilo quien representa al
hombre prudente y experimentado capaz de discernir la verdad, Critilo va a ser el maestro de
Andrenio en este viaje. Andrenio representa al hombre en su estado natural impetuoso e inexperto.
Critilo va a ser quien aconseje y advierta a Andrenio de las falsas apariencias y del engaño presente
en todo este mundo caótico. Una vez viajado por el mundo y conocido los peligros que suponen las
apariencias, Andrenio será capaz de discernir por sí mismo la verdad, se desengaña y sólo de esta
forma tendrá acceso a la mansión de la Eternidad.
En El Criticón Gracián establece mediante la agudeza la correlación y conexión existente entre
estos dos elementos; engaño y desengaño. Esta conexión se materializa en forma de alegoría y así
nos encontramos ante un concepto. El artificio que busca la sutileza y que por lo tanto realza el
concepto, es la alegoría. Encontramos la alegoría en distintos niveles, desde un nivel amplio; la vida
como camino o peregrinación hasta un nivel nominal Critilo significa capaz de discernir la verdad
de las cosas y representa el juicio y Andrenio significa hombre y representa al hombre natural e
inexperto. Se trata por lo tanto de una estructura dinámica en la cual los distintos elementos crearán
una serie de relaciones que daran lugar a una verdad, a un entendimiento.
Retomando lo expuesto, en este fragmento de El Criticón encontramos un ejemplo de este mundo
de apariencias y de sus peligros.
Tras encontrarse con un príncipe que embelesó a Andrenio, Critilo y Andrenio llegan a una ciudad,
lo primero que divisan de esta ciudad son “los humos” estos son sólo un elemento de la metáfora
que se va a desplegar en este fragmento. Encontramos paradójico que precisamente un elemento
que dificulta la visión, “los humos”, sea el que les haga divisar la ciudad. Es por esos humos por los
que ven la ciudad. Podemos relacionar estos humos con la idea de apariencia, ya que estos divisados
desde lejos son una “señal”, un indicativo, pero no una realidad. La imagen de la ciudad es
poderosísima ya que representa un lugar donde habitan la falsedad humana y los peligros de esta ,
Gracián establece así una lógica de relaciones que continúa en todo el fragmento y que dará lugar a
una verdad.
Aparece pues en este fragmento una advertencia, una vez que tomamos contacto con las apariencias
es mejor no acercarse y guardarnos de ellas. El recurso retórico utilizado por Gracián es el
aforismo; “mejor, cuanto más lejos”.
El tumulto de gente que va y viene en esta ciudad se corresponde con la concepción barroca del
mundo caótico. La metafóra se extiende y las nubes de polvo que divisaban Andrenio y Critilo al
principio del fragmento son ahora densas, la confusión es aún mayor y el riesgo también lo es ya
que en este caos es díficil discernir con claridad la realidad.
La alegoría de la vida como camino está aquí presente, entramos al mundo indefensos y ya en este
mundo tenemos que hacer frente al engaño y a los peligros que encontramos en este camino. En esta
ciudad donde reinan las apariencias estamos indefensos ante los peligros que en ella acechan, estos
peligros están simbólicamente representados en forma de calles tumultuosas y laberínticas.
Retomamos por lo tanto uno de los núcleos temáticos del barroco; el mundo al revés. Estás calles
son “modelo de laberintos y centro de minotauros” en este caos, existen peligros que nos aguardan.
Andrenio como hombre impetuoso y “arrojado” no es consciente de los peligros de esa ciudad que
no es más que la representación del mundo a pequeña escala, es el juicioso de Critilo quien le
advierte de los peligros presentes en esa ciudad.
Critilo le aconseja que abra los ojos pero no los físicos, Andrenio no debe recurrir a la
superficialidad de las apariencias sino que debe reflexionar con los ojos del interior, estos ojos son
los del juicio, sólo así podra ser consciente del peligro.
Escarbando en el suelo, esto es, levantando la capa del engaño se encuentra con lo que Vélez de
Guevara llamó “la carne del pastelón”, se encuentra con un suelo lleno de “lazos y más lazos de mil
maneras, hasta hilos de oro y de rubios cabellos”, estos lazos, hilos dorados y cabellos rubios no son
más que trampas. El término lazo tiene dos significados, el de un nudo que se hace con cinta y en
sentido moral un lazo es un “engaño, assechanza, tropiezo y ardid” (autoridades). Estas dos
acepciones hacen que se enriquezca mucho más la metáfora: engaño como lazo.
Critilo demuestra ser cauteloso y es quien advierte al vehemente Andrenio que ha de permanecer a
su lado, al lado del juicio y guardarse de las apariencias si no quiere perderse.
El verbo “perder” pasa a tener un significado más amplio en este contexto, no sólo tiene un
significado literal, sino que Andrenio se refiere a un peligro aún mayor, el perderse en la apariencias
y por lo tanto perder el juicio, esto significaría pasar a ser parte del mundo de locos y necios y
rechazar el camino del juicio que es el que lleva a la verdad y al fin último del hombre.
Critilo le advierte de la falsedad de las palabras y del peligro de los que piden o mandan. Utiliza
como recurso retórico una anáfora “Nada te creas de cuanto te dijeren, nada concedas de cuanto te
pidieren, nada hagas de cuanto te mandaren”.
Critilo como maestro de Andrenio le enseña la lección de que para llegar al final del camino
correcto es la calle “del callar y ver para vivir” la que deben tomar, es decir, el camino al cual llevan
el juicio y la prudencia.
En este fragmento hemos observado como en El Criticón se encuentra parte de la esencia del
pensamiento filosófico barroco y las principales unidades temáticas de este; el sentimiento del
desengaño, el mundo al revés etc.
También hemos podido constatar que en El Criticón las metáforas no se tratan unicamente de tropos
aislados sino que constituyen un entremado de conexiones que mediante la agudeza e ingenio se
materializan en un concepto.
Bibliografía:
Diccionario de Autoridades. http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUISalirNtlle